REFLEXIONES SOBRE LA EVALUACION

La evaluación, es un asunto de no poca importancia. Ser juez y verdugo-vigilar y castigar- con frecuencia presenta inconveniencias por encima del empoderamiento y de la soberbia del poder que nos otorgan las instituciones para asignar un número. Es un acto de poder tan natural, que, tan así, va institucionalizandose. Así entonces, la evaluación permeada de ideología, bien satisface algo de nuestros intereses sociales y se convierte en un territorio marcado, en tierra fertil para sembrar sueños e ilusiones, si. La evaluación es el territorio de la ilusión, un territorio de magia, y hasta de la utopia. Un territorio tan espeso como el chocolate y tan oloroso como la vainilla. Eterna lucha entre los sentidos y la razón, entre la pasión y las virtudes, entre la trampa y el trabajo honesto.
Caso aparte es la objetivación de lo subjetivo y hasta lo inefable de lo educativo, sin embargo, el lenguaje es el instrumento, la forma y la via que toma tal objetivación, de modo que, bien podriamos confundir el mensaje con el canal. Esta es pues, una cuestión fundamental " tener lo pelos de la burra en la mano" ¿acaso tal objetivación no ensombrecería en la caverna de platón? Así entonces debemos tener cuidado de no subirnos al primer burro que pasa, si bien el lenguaje objetiva, cuidado con el antojo de viaje. Los significados de los simbolos y las palabras se encuentran velados a algunos ojos y a algunos razonamientos. Minos y su hijo Icaro para salir del laberinto decidieron salir volando, quedó atrapado el monstruo.